En el día anterior cuando cayó la noche, y mientras llovía un poco, en realidad todo el día había estado igual, se me ocurrió que un buen plan podía ser ir a probar alguno de los famosos balnearios de Budapest.
Es mundialmente conocida la buena fama de los balnearios de la capital húngara, por lo que era casi de obligación ir a uno y probar.
Como estaba en la zona del puente de las cadenas, me quedaba muy cercano el famoso hotel-balneario GELLÉRT. Pasé por el hotel a buscar bañador y toalla y luego para el balneario.

Entrada principal del hotel Gellért

Entrada al balneario
BALNEARIO GELLÉRT
La entrada al balneario cuesta aproximadamente unos 5000 florines húngaros que són unos 18 euros al cambio. Esto te da derecho a la entrada básica a todas las piscinas.
Te entregan una pulsera con la qué tienes acceso a recinto. Hay una gran zona de vestidores, y luego las distintas piscinas. La piscina central del hotel no es de agua caliente, por lo que solo los mas valientes se bañan en ella.
Por otra puerta se accede a la zona de las piscinas climatizadas. Hay unas 3 o 4 piscinas, ahora no recuerdo, cada una de ellas a una temperatura diferente. A lado de la piscina hay un indicador de la temperatura del agua. Las temperaturas rondan entre los 35ºC y los 39ºC. La verdad es que se esta genial en esas aguas termales.
En alguna de las piscinas recuerdo que la misma agua termal cae desde una fuente directamente a la piscina, creando así una columna solida de los minerales que lleva conjunto el agua.
2-3 horas son perfectamente adecuadas para el disfrute del recinto.

Hall del balneario
Después del baño era ya hora de cenar y me apetecía ir a probar un restaurante que había visto por la zona del hotel. Os lo recomiendo porqué comí una pizza de lo más buena.

BOB Restaurant. Budapest,Dob u. 4,1072,Hungría
Se llama BOB Restaurant y tiene comida típica húngara y unas pizzas estupendas.
Después de cenar y como era sábado por la noche me apetecía salir a descubrir un poco el ambiente nocturno de la ciudad. Son muy famosos los pubs subterráneos y runies, por su peculiar decoración en locales casi abandonados.
Hay mucho ambiente por la zona de los bares, y los húngaros van en grupos de amigos todos ellos muy arreglados para disfrutar de la noche en Budapest.



